Un adios a la empresa

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La segunda prioridad mata siempre a la primera

Por babalum, 05-11-2008 10:39 pm

Recupero una reflexión de un libro que leí hace ya bastantes años. Se trata de “Un adiós a la empresa – aprendiendo a hacer negocios” de J.F.Pérez-Orive. El libro contiene algunas conclusiones fundamentales sobre el mundo de la empresa.

Son de ese tipo de conclusiones que a priori pueden parecer triviales o poco significativas pero que podrá apreciar en toda su esencia aquél que lleve ya unos cuantos lustros lidiando en estas plazas.

Nota Babalum: resumo libremente el capítulo correspondiente.

“La segunda prioridad mata siempre a la primera…salvo que forme parte de ella”.

prioridadesUn mundo feliz es aquel en el que las personas ven diferentes acciones como caminos paralelos y compatibles. Importa más el camino que saber hacia donde llevará. En este mundo, cabe todo. El mundo feliz es ordenado y pacífico. En él los días son de veinticuatro horas y hay tiempo de todo.

El mundo real, por el contrario, es aquel donde habrá que elegir, si queremos conseguir cosas. En éste mundo, dar por hecho que se puede ser eficaz y no molestar a nadie tiene algo de utopía. No todo cabe y hay caminos que no llevan a ninguna parte. Es conflictivo. Las acciones se atropellan, las personas se cansan y un día tiene de seis a catorce horas, según la edad o salud del individuo.

Un fenómeno social en auge es pretenderlo todo. Se tiene muchos objetivos. Aquellos que conocen por experiencia o por intución el mundo real no son así. Tienen prioridades.

La diferencia es fundamental. El primero solo responde a la pregunta de ¿Que quiero hacer? En cambio el segundo responde a dos preguntas: ¿Que quiero hacer? y ¿de qué he de prescindir?

Para el primero alcanzar el objetivo es gratis, el segundo, no obstante, reconoce que tendrá que pagar un precio. El coste de hacer una cosa es abandonar otra.

A partir de aquí el autor llega a su lista de conclusiones de aplicación inmediata:

1. La prioridad se debe lograr en su totalidad. No podamos quedarnos a medias.

2. Cuando tengamos varias prioridades, hemos de plantearnos si se pueden o no incluir como parte de la prioridad principal; esto es, si se se pueden satisfacer de camino a la prioridad principal a coste razonable y en tiempo prudencial.

3. Si no se cumple el punto anterior, es porque son incompatibles por razones de propósito, de coste o de plazos.

4. Las incompatibilidades por razones de propósito, hay que descartarlas por definición. Las incompatibilidades por razones de coste a veces se podrán asumir si el precio se puede pagar. Las incompatibilidades por razones de plazo suelen ser intocables y si no se descartan suelen llevar a un cambio de prioridad (Babalum: un cambio muchas veces no reconocido de forma explícita).

5. La forma de identificar segundas prioridades es fácil, ya que de por sí no consiguen el objetivo.

6. Tener terceras o cuartas prioridades es frecuente y se corresponde con una concepción del mundo feliz, pero producen confusión y no llevan a ninguna parte.

Un adiós a la empresa – J.F.Perez-Orive

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