Temática

Categoría

Cuando un jefe trabaja

Por babalum, 12-08-2011 10:58 am

Hace años que tenía pendiente leer “El gen egoísta” (“The selfish gene”) de Richard Dawkins. Es un clásico que ya tiene bastantes años, su primera edición es de 1976. Finalmente éste verano he conseguido empezarlo. Voy por el primer tercio y no querido esperar a acabarlo para escribir sobre un experimento que aparece en el libro y que me ha parecido tremendamente curioso.

En el experimento colocan a dos cerdos en una habitación que en uno de sus extremos tiene una palanca. Cuando dicha palanca es activada con el morro en el extremo opuesto de la habitación se suministra comida mediante una rampa. El cerdo debe entonces correr hacia la rampa para poder llegar a la comida. La habitación está basada en lo que viene a llamarse una “caja de Skinner“.

 

(Nota de Babalum: ver también el experimento de las palomas de Skinner descrito en “Confundidos por el azar” de Nassim Taleb)

Antes de proseguir es importante saber que los cerdos son bastante jerárquicos y establecen relaciones de dominación y sometimiento. Por lo tanto en la pareja de cerdos del experimento también hay uno que ejercerá el papel de dominante mientras que el otro se someterá al primero.

Sabiendo esto ¿que pasará en la habitación de Skinner?

Paremos un momento y reflexionemos.

Si solo hubiese un cerdo en la habitación éste debería hacer todo el trabajo. Activar la palanca y luego correr hacia el extremo opuesto para recibir el premio.

Ahora resulta que hay un cerdo dominante. ¿A quien le tocará hacer el trabajo y quien se beneficiará?

Parece que lo obvio es que el subordinado deberá activar la palanca y el dominante estará situado en el lado de la rampa dispuesto a comerse los frutos del trabajo del primero.

¿No?

En realidad no ocurrió así. En contra de lo que se pudiese esperar a primera vista el cerdo dominante hacía todo el trabajo. Activaba la palanca y luego iba corriendo a la rampa donde conseguía las sobras que dejaba  el cerdo subordinado. El cerdo subordinado se colocaba siempre al lado de la rampa esperando pacientemente a que el otro activase la palanca y darse un atracón.

¿Como puede ser?

Pensemos un poco. Imaginemos que ocurre lo que todos hemos pensado de entrada. El cerdo dominante se sienta cómodamente cerca de la rampa y al sumiso no le queda otro remedio que activar la palanca. En cuanto la activa, éste deberá correr hacia la rampa solo para encontrarse que el cerdo dominante se está dando un festín y no le deja acercarse a la comida.

Supongamos que este episodio se repite unas cuantas veces más. El cerdo subordinado pronto se dará cuenta que no hay incentivo ninguno en activar la palanca y muy pronto dejará de hacerlo. El resultado será que ninguno de los dos cerdos recibirá comida. Al menos mientras el cerdo dominante no abandone su cómoda posición e intente activar la palanca por si mismo. A continuación saldrá corriendo hacia la rampa donde encontrará al cerdo subordinado “poniendose las botas”.

No obstante, ahora la diferencia radica en que el cerdo subordinado se apartará inmediatamente  para cederle su puesto al dominante que podrá acabarse las sobras y de ésta manera los dos acaban contentos.

La estrategia en la cual el cerdo dominante hace todo el trabajo para solo quedarse con las sobras resulta ser la estrategia estable.

 

 

 

¿Curioso?

¿A alguien se le ocurre alguna situación similar en el ámbito humano?
Espero vuestras ideas :-)

Babalum

 

 

Búsquedas recientes:

La ley de Weber

comentarios Comentarios desactivados
Por babalum, 10-07-2011 9:55 am

Leo en meneame.net otro caso de irracionalidad cognitiva. Me he permitido exagerar aún más el ejemplo del artículo original.

Imagina que quieres ir a ver una obra de teatro y resulta que en la esquina de tu calle las venden a 100€. Tu vecino comenta que en la otra punta de la ciudad hay un lugar donde puedes comprar las mismas entradas por 50€. Tienes tiempo y puedes ir en metro.

Bien, parece una ganga. La mayoría cruzaríamos la ciudad o encargaríamos a alguien, que le quede cerca, comprarnos una entrada. Acabamos de ahorrarnos 50€ y nos saldrá gratis la cena.

Veamos ahora una situación bien distinta.

Queremos cambiar de coche y después de numerosas investigaciones, buscar en foros y hablar con amigos decidimos comprar el precioso deportivo que está en el escaparate del concesionario del barrio (de hecho ya lo decidimos inconscientemente el primer día que lo vimos pero ahora ya tenemos suficientes argumentos racionales para creer que hemos dedicido racionalmente…).  Como que el dueño quiere retirarse  nos ha hecho una buena oferta.

De pronto nos cuentan que en un concesionario nuevo al otro lado de la ciudad (donde antes estaba el establecimiento que vendía entradas a mitad de precio y que lógicamente cerró) tienen el mismo coche por 40.000€. Como promoción de apertura ofrecen un 0,125% de descuento.

Haces tus números y te salen 50€.

¿Cómo?

50€ en un coche de 40.000 €!!!

Te ríes sintiéndote insultado. Has tenido que buscar la calculadora y te han hecho perder el tiempo. ¿Pero a quién quieren atraer con estas promociones ridículas?

A estas alturas la mayoría habrá descartado ya mentalmente la posibilidad de desplazarse. Digo la mayoría y no todo el mundo porque de hecho conozco a quien seguro que se desplazaría ;-) .

Como es obvio, no tiene sentido que en circunstancias similares en cuanto a tiempo disponible y esfuerzo (el trayecto) actuemos de forma distinta de cara a la misma recompensa: 50€.

No se trata de evaluar el descuento como un ahorro en proporción al gasto que vamos a hacer. Alguien que conozco diría ¿Pero cuantas oportunidades hay de ganar 50€ en tu tiempo libre por coger el metro?

Una vez más vemos que somos mucho menos racionales de lo que nos gusta creer. Este comportamiento fue estudiado por Weber y Fechner y suele llamarse la  ley de Weber (Webers law).  Tiene que ver con nuestra forma de percibir cambios en los estímulos.  Difícilmente nos daremos cuenta si hay un yogurt más o menos en una bolsa cargada del supermercado, pero no tendremos ninguna dificultad en distinguir una bolsa vacía de otra que contenga un yogurt.

A los que os gusten estos temas también os recomiendo este post que habla de Kahneman y Tversky

 

PD: ¿No os habéis fijado en algunas personas que a pesar de sobrarles el dinero son extremadamente tacaños, buscan gangas a todas horas y negocian hasta el último euro? ¿Será que nunca siguieron la ley de Weber y por eso son ricos y tu no?

Babalum

Búsquedas recientes:

9 Lecciones aprendidas por un emprendedor en serie

Por babalum, 29-06-2011 6:30 pm

Después de un largo silencio, hoy os traigo una traducción resumen de un artículo de Stella Huh muy interesante. Fuente original en inglés: http://www.women2.org/9-startup-lessons-learned-from-a-serial-entrepreneur/

 

Startup1. Una idea no vale nada

Una empresa consiste de muchas piezas que deben funcionar en conjunto. Una idea es solo el punto de partida. A partir de una idea se abren cientos de caminos distintos. Los resultados dependerán de muchas variables. Es por ello que la predicción del tiempo es una ciencia inexacta. Imagina que tienes una idea para un edificio – él COMO, DONDE y ENTORNO son mucho más importantes que el QUE. Puedes tener 100 ideas a la semana (Babalum: algunos tienen 100 al día :-)   )

Hay casi 7.000 millones de personas en el mundo. La probabilidad de que tu idea sea original es casi cero!!!

Es por ello que un inversor nunca invertirá en una startup que se basa simplemente en una idea. Examinarán otros factores como el equipo y su capacidad de ejecutar, la competencia y primeros resultados tangibles. De hecho, algunos solo considerarán el número de usuarios reales, número de clientes de pago, etc.

Cuando un proyecto tiene éxito, muchas veces oiremos “Yo también tuve esa idea”. Comparte tus ideas y te darás cuenta que otros las enriquecerán con matices que nunca pensaste o incluso deriven en ideas completamente distintas. Son las personas y no las ideas que hacen que una empresa tenga éxito.

 

2. No te enamores de tus ideas o tu producto

Si buscas inversión los resultados lo son todo (excepto que ya hayas tenido éxito con un proyecto anterior). A los inversores no les interesa tu producto de forma aislada. Ven miles de productos cada mes. Les interesa tu producto solo a través del filtro de tus resultados.

Las ideas no valen nada. Saber crear productos solo no es suficiente. Así que no pierdas el tiempo añadiendo más funcionalidades para tener el producto perfecto. Ves lanzando versiones y observa resultados. (Babalum: “Release Early, Release Often”)

Como dijo Thomas Edison “Visión sin ejecución es decepción”

 

3. Debes ser optimista pero huye de expectativas no realistas

Los emprendedores emprendemos porque creemos que tenemos bastantes posibilidades de éxito. Hay muchas historias que elogian la perseverancia como el caso de Tony Hsieh de ZAPPOS o la historia de AirBnb. Pensamos que si insistimos y perseveramos tendremos éxito al igual que ellos.

No obstante, hay 20 casos de fracasos por cada caso de éxito. Nunca oímos acerca de la mayoría de fracasos (Babalum: esto se llama el “survival bias” o “sesgo de la supervivencia”. Recomiendo la lectura del siguiente capítulo del libro de Nassim Taleb: “El doble sesgo de la supervivencia”). Ten cuidado con los falsos ánimos. A nadie le gusta hablar de sus fracasos. Lo mismo ocurre con las startups. Oblígate de vez en cuando a distanciarte de tu idea y de tu proyecto y reflexionar de forma objetiva. Solo así tendrás una perspectiva amplia acerca de a cuantos usuarios les gusta tu producto y hacia dónde se dirige tu proyecto.

 

4. Prepárate para estar 2 años con un salario minúsculo

Necesitas tener suficiente colchón económico para sobrevivir sin un salario durante dos años. Si no tienes ese colchón o una pareja/amigos que te paguen el alquiler y la comida, prepárate para ser un nómada malviviendo de sofá en sofá.

 

5. Para construir una empresa es necesario un equipo variado

Al principio lo esencial es el reparto de tareas. Busca personas que complementen tus capacidades desde el principio. Incorpora a los colaboradores adecuados que sientan pasión acerca de los problemas que tu proyecto quiere resolver.

Marc Z. creó Facebook y parece obtener todo el crédito por parte de los medios. No obstante es altamente probable que funcionalidades virales como “actualizar el estado”, “tagear fotos” o “notificaciones” fueran ideas de su equipo y no suyas. Estas funcionalidades virales y de “lock in” fueron factores clave para dejar atrás la competencia.

 

6. Asegúrate de incluir a alguien con una fuerte sensibilidad de producto en tu equipo inicial

Los ingenieros no suelen ser los mejor dotados en cuanto al sentido común. Los ingenieros no suelen ser los mejor dotados en cuanto al sentido común (Babalum: no es un typo. Lo he puesto dos veces de forma intencionada). Por ello es una gran ventaja tener un equipo diverso y diferentes perspectivas.

 

7. La usabilidad es la nueva propiedad intelectual

Citando a un inversor ángel conocido “la usabilidad es la nueva “propiedad intelectual”. Esto ya no va de algoritmos. Va de experiencia de usuarios.

 

8. Rodéate de una buena red de apoyo

Una startup es una montaña rusa de emociones increíble. En pocos días puedes pasar de un estado de extrema euforia a la más profunda depresión. Recuerda siempre: “esto también pasará”.

Intenta conectar con el mayor número posible de emprendedores. Están en una situación parecida a la tuya y saben lo difícil que es emprender. Encontrarás mucho soporte y ayuda en tu red de emprendedores. Te escucharán o presentarán a otros contactos valiosos.

 

9. Debes saber cómo vivir con incertezas

Creo que es una de las razones por las cuales hay tan pocas mujeres emprendedoras en áreas tecnológicas. Me he pasado los últimos 6 meses conviviendo con mi hermana. Es como volver al colegio. Compartir cama y vivir con lo que me traje en una sola maleta desde Los Angeles. Como dijo alguien “Los emprendedores tienen que vivir como cucarachas” (Babalum: entiendo que se refiere a que tienen que ser flexibles y poder vivir en cualquier sitio). A pocas mujeres les agradaría un estilo de vida así.

 

Sobre la autora:

Stella Huh – Fundadora de SecondLeap. También fundó ChartAvenue y CareerJots.

 

Búsquedas recientes:

¿Nos engaña nuestra memoria?

comentarios Comentarios desactivados
Por babalum, 06-04-2010 10:00 pm

Generalmente la máxima garantía para saber si algo es cierto es que nosotros mismos hayamos sido testigos de ello.  A ver quien es el guapo que nos convence de que algo que hemos visto con nuestros propios ojos no ha ocurrido. Cuando relatamos alguna historia exclamaremos: – ¡Yo lo ví!  ¡Yo estuve allí! – en un intento de conferir a la historia la máxima credibilidad.

De forma consciente o inconsciente estamos implícitamente asumiendo que nuestra memoria garantiza una fiel reproducción de la realidad.

¿Pero realmente es asi? ¿Nos puede engañar nuestra memoria?

Parece ser que debemos ser cautos con nosotros mismos.  Acabo de leer en el blog de cienciakanija un artículo acerca de la baja fiabilidad que pueden tener los testigos oculares en los juicios.

Transcribo la parte que hace referencia al funcionamiento de la memoria:

[...puede radicar en un concepto erróneo popular de cómo funciona la memoria. Mucha gente cree que la memoria humana funciona como un grabador de video: la mente registra eventos y luego, en el momento justo, vuelve hacia una réplica exacta de los mismos.

Por el contrario, los psicólogos han encontrado que la memoria se reconstruye en lugar de volver a ella cada vez que la recordamos. El acto de recordar, dice la eminente investigadora en memoria y psicóloga Elizabeth F. Loftus de la Universidad de California en Irvine, es “más similar a colocar las piezas de un puzzle que a recuperar una grabación de video”.

Incluso el cuestionamiento por parte de un abogado puede alterar el testimonio del testigo debido a que fragmentos de la memoria pueden combinarse con información desconocida proporcionada por el preguntante, llevando a un recuerdo impreciso...]

Babalum:  Hace tiempo leí otro artículo (no recuerdo donde) en el que explicaba que cuando accedemos a un recuerdo no accedemos al recuerdo original sino a nuestra última evocación del mismo. En cada evocación alteramos  el recuerdo. A veces lo enriquecemos con interpretaciones nuevas y otras recortamos detalles.  Lo relevante es que guardamos esa versión modificada en el lugar del recuerdo original.

Después de volver a pensar varias veces en la misma situación a lo largo de un tiempo, lo que recordamos puede tener poco que ver con lo que ocurrió en realidad.

Sabiendo ésto, alguien se extraña de que a veces no nos pongamos de acuerdo sobre hechos pasados, incluso con personas que han vivido lo mismo. ..y esto sin tener en cuenta que cada uno “archiva” lo que percibe y no lo que ocurre (…pero esto sería tema para otro artículo).

Búsquedas recientes:

La crisis Ninja – El libro

Por babalum, 30-04-2009 11:07 pm
La crisis Ninja - Leopoldo Abadía

La crisis Ninja - Leopoldo Abadía

Después de unos meses de silencio vuelvo con un comentario sobre “La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual” del ex-profesor del IESE Leopolda Abadía. El libro me lo ha prestado una compañera y lo he devorado en 3 días.

Un libro fresco, sin complicaciones y divertido. Es todo un arte escribir sobre temas micro y macroeconómicos, la crísis actual, los presupuestos generales del estado o como entender un balance mientras se mantiene un tono simpático. Leopoldo consigue que uno se lo pase bien con la lectura del libro.

Por encima de todo, no obstante, destaco su capacidad de llegar a la esencia de las cosas en lenguaje llano y simple. Eliminando todo lo superfluo, tecnicismos complejos y mostrando un sentido común exquisito.

Como ya dice Leopoldo en su libro:

“Es que hay gente que explica las cosas para que no se entiendan.[...] Yo no entiendo cuando la gente que dice saber mucho habla para otros que saben mucho. Me parece una contradicción. Si saben mucho será para que los que sabemos poco nos enteremos. A no ser que no quieran que nos enteremos, lo que temo.”

El libro arranca con la conocida explicación sobre la crísis actual, provocada por las hipotecas basura concedidas a los Ninja (“no income, no job, no assets” = “sin ingresos, sin empleo, sin activos”). Muchos ya la habréis leído. Leer el artículo de La crisis Ninja en la web de Leopoldo.

La explicación sobre los presupuestos generales del estado es brillante. Partiendo de las cuentas de ingresos y gastos de una familia, Leopoldo nos explica los problemas que tiene que afrontar el ministro de Hacienda para montar las cuentas de nuestro Estado.

Transcribo un extracto:

“El montón de las cosas caiga quien caiga (aquellas que hay que pagar pase lo que pase) le hace sudar tinta al ministro. Porque resulta que le ha salido un hijo respondón (alguna comunidad autónoma) y le ha dicho que ni crisis ni gaitas, que haber hecho los deberes y que si no, no haberle prometido el oro y el moro. Y que si no cumple lo que le dijo, se enfadará y no le aydará a aprobar los presupuestos. Y que le vayan dando tila al ministro y a su Gobierno, panda de troleros. Y de paso, que le vayan dando también morcilla al resto de hijos, que ni son hermanos ni nada, y que yo a lo mío y a mis circunstancias. Y como esos resulta que son imprescindibles para aprobar los presupuestos, el ministro (el Gobierno) le dice que vale. Que le dará más dinero. Con lo que:

a. Tiene menos dinero para el montón de cosas que queremos hacer, por lo que empieza a mirar con ojos de recorte a los ministerios (los de relleno y los de verdad).

b. Consigue enfadar a los dieciséis hijos restantes, que le llaman de todo al otro hijo, desde chantajista hasta insolidario. Eso, lo más fino. Y cobarde y mentiroso al ministro, al que le gustaría, por un momento, tener un único hijo (tentación que les ocurre a muchos padres a lo largo de su vida). Pero ahí están todos. Pero son diecisiete. Familia numerosa, enfadados algunos con otros, y todos peleones como ellos solos.

Los ministerios de relleno le dejan frío a nuestro amigo el ministro porque sabe que son sueños de una noche de verano. Y es que a su jefe de vez en cuando se le ocurren cosas, se le calienta la boca y hace alguna que otra tontería que cuesta algunos milloncejos de euros, pero solo eso.”

También me ha encantado la defiinición de Optimismo que cita en el libro. Normalmente estamos acostumbrados a definiciones teñidas de ingenuidad, de “aquí no pasa nada” y negación de riesgos o realidad.

“El Optimismo consiste en sacar el mejor partido posible de cualquier situación concreta”. [...] Porque con esa definición hay que ser optimistas siempre: cuando las cosas van bien y cuando van menos bien. [...] Y en todas ellas cabe la posibilidad de ser optimista.[...] Siempre hay que luchar por sacar el mejor partido posible de cualquier situación concreta. Y luchar es diferente de no asumir la realidad.”

Los dos últimos capítulos me han aportado menos, pero eso es una apreciación personal. En general es un libro muy recomendable que me ha hecho pasar un buen rato.

La crisis Ninja – Leopoldo Abadía

Búsquedas recientes: