Diez mitos acerca de emprender negocios tecnológicos

Por babalum, 17-10-2006 10:34 pm

Artículo original en inglés. en el blog del su autor, Ron Garret.

Desde que empecé mi nueva carrera en el campo del capital riesgo me he ido dando cuenta de los errores que habitualmente cometen los emprendedores tecnológicos, especialmente los más inteligentes, cuando buscan inversores para su negocio. Estos son los diez mitos más comunes:

Mito 1: Una idea brillante te hará rico.

Realidad: Una idea brillante no es necesaria ni suficiente para que un negocio tenga éxito, aunque evidentemente no hará ningún daño. Microsoft es probablemente el mejor ejemplo de un negocio con éxito, que jamás tuvo una idea brillante en toda su historia. (Más bien al contrario, Microsoft ha obtenido tanto éxito en gran parte por buscar y destruir las ideas brillantes de los demás.) Google se ha basado en un par de ideas brillantes (Page rank, anuncios contextuales, plataformas en paralelo y basadas en hardware barato) pero ninguna de estas ideas eran originales de Larry o Sergey. No quiero decir con esto que Larry, Sergey o Bill no sean brillantes – los tres son seguramente más inteligentes de lo que nunca pueda esperar yo. Pero la idea de que despertaron un día con una idea que les ha llevado a sus riquezas es simplemente un mito.

Mito 2: Si lo creas el público vendrá.

Hay algo de cierto en éste mito. Han existido negocios que simplemente crearon algún producto, lo hicieron público y lograron el éxito. (Google es un ejemplo). Pero para cada Google hay decenas de otras empresas que tenían productos estrella que no lograron vender por uno u otro motivo. Mi ejemplo favorito es la primera compañía que fundé en 1993. Se llamaba FlowNet y se basaba en el diseño de una nueva red local de alta velocidad. Alcanzaba 500Mb/s cuanto el estándar para una ethernet estaba en 10mb/s. Durante más de cinco años, FlowNet tenía el mejor ratio prestaciones/precio de todas las redes en el mercado. Además, FlowNet incluía garantías de calidad de servicio para transmisión de video en tiempo real. Si FlowNet hubiese tenido éxito, los servicios de video actuales estarían funcionando mucho mejor de lo que lo hacen hoy en día.

No obstante, a pesar de que desde un punto de vista tecnológico, FlowNet dejaba atrás a cualquier otro competidor, fue un rotundo fracaso como negocio. Nunca vendimos una sola unidad. No voy a contar ahora toda la historia de nuestro fracaso, pero si lo tuviera que resumir, las razones eran muy sencillas. No era Ethernet. Si hubiésemos hecho bien nuestros deberes y completado una investigación de mercado, lo hubiéramos sabido. En el peor de los casos nos hubiésemos dado cuenta que era un obstáculo importante. Y lo hubiésemos podido saber antes de habernos gastado decenas de miles de dólares de nuestro propio dinero en abogados de patentes y prototipos.

Mito 3: Alguien robará tu idea si no la proteges.

Realidad: Nadie dará un duro por tu idea hasta que tengas éxito y para entonces es demasiado tarde. Incluso en el improbable caso de que te encuentres con alguien que esté tan emocionado con tu idea como tu mismo, si tiene un mínimo de sentido común se te unirá en vez de intentar competir contigo. (Y si no tienen sentido común en realidad es irrelevante lo que vaya a hacer.)

Las patentes solo sirven para una cosa: pueden hacer sentir mejor a los inversores, especialmente a los más ingenuos. Pero a pesar de ello te recomiendo encarecidamente que patentes tus inventos tu mismo. No es tan difícil una vez se sabe como. Vas a hacer un mejor trabajo que la mayoría de abogados y te ahorrarás un montón de dinero.

Mito 4: Lo que piensas importa.

Realidad: No importa en absoluto que tú y tus colegas penséis que vuestra idea es el invento más brillante después de la pizza en raciones (a no ser, naturalmente, que tus colegas tengan suficiente dinero para ser los clientes de tu negocio).

Lo que realmente importa es lo que piensan tus clientes. Si tú y tus colegas pensáis que vuestra idea es fantástica, es natural y comprensible, creer que millones de otras personas allí fuera también lo pensarán. A veces incluso funciona, pero la mayoría de veces no es así.

La razón es que si sois tan listos para tener una idea tan brillante entonces tú (y probablemente tus colegas) sois diferentes a la mayoría de gente. No quisiera sonar condescendiente pero la triste realidad es que la mayoría de gente es bastante simplona comparada contigo (solo fíjate en cuanta gente vota a los republicanos ;-) y a ésta gente sólo les importan cosas simples. Si tu objetivo son clientes que sean como tú y que les importen las cosas que te importan a ti, entonces tu base de clientes será bastante pequeña.

Mito 5. Las proyecciones financieras no sirven para nada.

Igual que con el mito 2, este tiene algo de verdad. Como dijo Carl Sagan, predecir el futuro es un arte olvidado. No hay manera de saber con certeza cuanto dinero va a ganar tu negocio, o cuanta va a costar lanzar tu producto al mercado. La razón para hacer una proyección financiera es para hacer una comprobación de la realidad y convencerte a ti mismo que cómo mínimo es posible obtener un retorno con hipótesis plausibles.

Si después de hacer los números te encuentras que para obtener un retorno de la inversión necesitas un número de clientes que es diez veces más grande que el mercado conocido para tu producto, entonces deberías consultarlo con la almohada. Como dijo Dwight Eisenhower: los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable.

Éste mito es la base para uno de los errores más habituales que comenten los emprendedores tecnológicos cuando plantean sus ideas. Dirán cosas como “Incluso que solo capturemos un 1% del mercado nos forraremos”. Frases como éstas indican que no has hecho tus deberes para saber que es lo que realmente quieren tus clientes. Podrías igualmente decir: “hay una alta probabilidad que solo un cliente de cada cien compren nuestro producto (y francamente, no estamos seguros ni de eso)”.  Eso no inspira mucha confianza precisamente.

Mito 6: Lo que sabes importa más que a quien conoces.

Realidad: Lo has estado negando toda tu vida. Seguramente has sido educado para creer que ser inteligente era importante, o simplemente no hiciste caso a tu madre cuando te decía que llevarte bien con tus amigos era más importante que sacar “Excelentes”.

La verdad es que importa más a quien conoces que no lo que sabes. Con esto no quiero decir que ser listo y tener conocimientos sea superfluo. Saber “el que” es muchas veces una forma efectiva de ser presentado a las personas adecuadas. Pero al final, importa más la gente que conoces y en la que confías (y es todavía más importante  quienes son los que confían en ti) que no el conocimiento objetivo que puedas tener.

Hay una buena razón para ello: las decisiones en los negocios son tremendamente complicadas. Nadie puede llegar a tener todo el conocimiento y experiencia requerida para tomar decisiones en un espectro tan amplio de campos, por lo que los hombres de negocios efectivos delegan gran parte de sus decisiones a otras personas. Y cuando eligen a las personas en quien delegar éstas decisiones, eligen primero a las personas que conocen y en las que confían.

(Nota de Babalum: Me salto la traducción acerca de las diferentes capacidades sociales de un programador dependiendo de los lenguajes de programación que utiliza. Creo que es ir un poco demasiado lejos, aunque también es cierto que existen estudios que relacionan ciertos rasgos del carácter de un país con ciertas características y estructuras de sus idiomas)

Mito 7: Tener un doctorado importa.

Realidad: Lo único que significa un doctorado es que no eres un vago y que estás dispuesto a aguantar todos los trámites y las sandeces que se requieren para obtener dicha titulación en alguna parte. Empíricamente, tener un doctorado está inversamente correlacionado con el éxito en los negocios. Esto es así porque la estructura de gratificación o éxito en el mundo académico es exactamente el contrario que el que impera en los negocios. En el mundo académico lo que importa es lo que piensan tus colegas. En negocios, lo que importa es lo que piensan tus clientes, y tus clientes casi seguro que no serán tus colegas.

[Nota adicional: nuevamente no quiero que se interprete que un doctorado no sirva para nada. Se pueden aprender muchas cosas útiles, pero estas son los conocimientos y la experiencia que se adquieren por pasar por el proceso, no la titulación en si mismo.]

Mito 8: Necesito 5 millones de dólares para arrancar mi negocio.

Realidad: A no ser que quieras fabricar hardware (en cuyo caso deberías definitivamente pensártelo dos veces) seguramente no necesitas ningún capital para arrancar. Paul Graham ha escrito extensamente acerca de este punto por lo cual no profundizaré demasiado en él, excepto para decir lo siguiente: no necesitas mucho capital inicial pero si estar dispuesto a dejarte la piel trabajando.

Debes ser tú mismo el que conduzca tu brillante idea hasta que dé sus primeros frutos tú; nadie lo va a hacer por ti, y nadie te va a prestar dinero para que contrates a alguien que lo haga por ti. La razón es muy simple: si no crees lo suficiente en el potencial comercial de tu idea como para arriesgar tus propios ahorros y fines de semana y así poseer una buena proporción de tu empresa, porque nadie va a confiar lo suficiente en tu idea como para arriesgar su propio dinero?

Mito 9: La idea es la parte más importante del plan de negocio.

Realidad: La idea es casi casi irrelevante. Lo que importa es 1) Quienes son tus clientes? 2) Porque van a comprar lo que vas a vender? (Esto podría ser algo así como “Porque soy famoso y tengo muchos fans y estos comprarán sacos enteros de cualquier cosa mientras ésta lleve mi nombre escrito en ella.” Pero en tu caso seguramente será más parecido a, “Porque tenemos un gran producto que va a aplastar a la competencia.”) 3) Quién está en tu equipo? Y 4) Cuales son los riesgos?

Mito 10: No tener competencia es bueno.

Realidad: Si no tienes competencia lo más probable es que no hay dinero en ese negocio. Hay seis mil millones de personas en éste planeta, y es muy improbable que ni uno solo, aparte de ti, haya caído en la idea de explotar un nicho de mercado altamente rentable.

La buena noticia es que probablemente tu competencia sea penosa. La gran mayoría de negocios no son gestionados demasiado bien. Fabrican productos que dejan mucho de desear. Tratan a sus clientes y empleados como al último mono. No es difícil encontrar oportunidades de mercado donde poder entrar y fácilmente y darle una patada a la competencia. En realidad no quieres que no haya competencia, lo que quieres es una competencia inepta. Y hay mucha competencia inepta.

Mito extra (gratis): Después de salir a bolsa seré feliz.

Si no vas a disfrutar del proceso de arrancar un negocio, probablemente no vas a salir airoso del proceso. Simplemente es demasiado trabajo, te absorberá todas tus fuerzas si no te lo pasas bien mientras lo haces. Incluso si te forras simplemente tendrás más tiempo para mirar atrás y constatar los miserables años que malgastaste sufriendo por salir adelante. La satisfacción proveniente de conducir coches lujosos o de otros caprichos caros desaparece rápidamente. Solo hay un tipo de felicidad que el dinero puede comprar, y es la oportunidad de estar en el otro lado de la mesa, cuando un joven se presente con alguna idea brillante para montar un negocio.

Todos estos mitos se pueden resumir en un eslogan: todo gira alrededor del cliente, estúpido. Todo el éxito en los negocios no va de ideas brillantes. Montar un negocio es partir de una idea brillante, montar un equipo que pueda convertir la idea en producto y llevar éste producto a los clientes que quieran comprarlo. Es así de simple. Y así de complicado.

Buena suerte!

Confundidos por el azar (19)

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Por babalum, 15-10-2006 2:36 pm

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FALTA DE SIMETRÍA Y ASIMETRÍA. LA MEDIANA NO ES EL MENSAJE.

Cuando al escritor y científico Steven Jay Gould – [ biografía en español] le fue diagnosticado un cáncer terminal de estómago, la primera información que encontró fue que aproximadamente la mitad de los pacientes con esta enfermedad no viviían más ocho meses. Es muy frecuente que los médicos den la información en estos términos. No obstante, al continuar indagando se dio cuenta que el plazo de vida esperado era considerablemente superior, lo que evidencia que estamos ante conceptos con significados diferentes. El primero se refiere a la mediana y significa que el 50% de la gente muere antes de ocho meses y el 50% vive más allá de este período. El segundo en cambio, se refiere a la esperanza de vida promedio. Lo que ocurre es que los que mueren lo hacen bastante rápido, mientras que los sobrevivientes lo harán por un tiempo considerablemente mayor. Esto es asimetría. Este hallazgo del concepto de falta de simetría condujo a Gould a escribir su artículo “La Mediana no es el Mensaje” (“The median isn’t the message”traducción al español).

Nota de Babalum: Steven Gould sobrevivió 20 años al momento en el que se le detectó el cancer y murió en el 2002

Veamos un caso relacionado con los juegos de azar. La asimetría de probabilidad significa que las probabilidades no son del 50% para cada evento, mientras la asimetría en los resultados significa que los retornos tampoco lo son.

Consideremos un juego que da 999 posibilidades sobre 1,000 de ganar $1 (evento A) y una posibilidad sobre 1,000 de perder $10,000 (evento B), como se indica en la tabla siguiente:

  • Evento A; Probabilidad= 999/1000; Resultado= $1; Valor Esperado= $0,999
  • Evento B; Probabilidad= 1/1000; Resultado= $-10.000; Valor Esperado=$-10,00

Total Ganancias Esperadas= $ -9,001

Lo esperado es una pérdida cercana a los $9 (obtenida de la multiplicación de la probabilidad por el correspondiente resultado). Si nos dejamos guiar por la asimetría de probabilidades, que ganaremos casi siempre, significa que deberíamos apostar por A, pero esto claramente no es la mejor idea si tenemos en cuenta las ganancias, que es lo que realmente debieramos hacer.

Por muy trivial que parezca éste ejemplo (seguramente muchos de los lectores se lo parecerá) los conceptos subyacentes distan de ser aplicados en muchas ocasiones incluso por profesionales en bolsa. Parece un caso de aquellos en los que la teoría es conocida, pero no se ha interiorizado y consecuentemente tampoco se aplica con naturalidad. Posiblemente estamos condicionados porque los casos más cercanos que conocemos en los que influyen probabilidades y retornos son simétricos, por ejemplo al tirar una moneda al aire.

ALCISTA O BAJISTA

Los términos alcista y bajista son utilizados de forma muy frecuente en bolsa, pero en realidad no son aplicables al mundo de la aleatoriedad, sobre todo si está presente la asimetría. Cuando en una ocasión me preguntaron, en estos momentos ¿eres alcista o bajista?, respondí que esto no era absoluto. Mi opinión era que lo más probable era que la bolsa subiese y por lo tanto “yo sería alcista”, pero al mismo tiempo había estado vendiendo a corto (operación que permite beneficiarse de las bajadas en bolsa) y por lo tanto estaba actuando como “bajista”. Como puede ser esto? El motivo es que los conceptos “alcista” o “bajista” son inapropiados.

Supongamos que efectivamente el mercado tuviese una probabilidad de un 70% de subir la próxima semana y un 30% de bajar. Sin embargo, digamos que subiría un 1% en promedio, al tiempo que si bajase podría bajar hata un promedio del 10%, como se muestra en la siguiente tabla:

  • Mercado sube; Probabilidad= 70%; Resultado= sube 1%; Valor Esperado= 0,7
  • Mercado baja; Probabilidad= 30%; Resultado= baja 10%; Valor Esperado= -3,00

Total Esperado= -2,3

A los inversores y operadores de bolsa no se les paga en probabilidades sino en dólares, de modo que lo importante no es cuán probable un evento puede ser, sino lo que resulta una vez que este sucede.

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Algunos libros de Nassim Taleb:

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La Larga Estela – El fin de Pareto

Por babalum, 12-10-2006 7:12 pm

Olvídate de hacerte rico gracias a unos pocos éxitos en los 40 principales. El futuro de la industria discográfica está en millones de nichos con pocos fans.

Texto original “The Long Tail” de Chris Anderson aparecido en Wired, traducción libre de Babalum.
leer artículo original en inglés


Nota de Babalum: el artículo tiene ya unos años y aunque el contenido continúa siendo de rabiante validez, los precios, ejemplos numéricos o Webs indicadas pueden haber sufrido cambios en la actualidad.

En 1998 un escalador británico llamado Joe Simpson escribió un libro llamado “Touching the Void” (“Tocando el vacío”), una historia sobre situaciones cercanas a la muerte en los Andes Peruanos. Tuvo buenas críticas, pero un éxito muy modesto. Muy pronto fue olvidada. Más adelante, una década más tarde, ocurrió algo extraño. Jon Krakauer escribió “Into Thin Air” (“Con poco aire”), otro libro sobre tragedias de escaladores, que se convirtió en un éxito. De repente “Touching the Void” empezó a venderse de nuevo.

La editorial “Random House” se dio prisa en sacar una nueva edición para poder cubrir la demanda. Las librerías empezaron a promocionar el libro cerca de los expositores de “Into Thin Air” y las ventas siguieron creciendo. Una edición revisada de tapa blanda que vio la luz en Enero, estuvo 14 semanas en la lista de los libros más vendidos del New York Times. Ese mismo mes, IFC Films lanzó un documental dramatizado sobre la historia que fue aclamado por la crítica. Actualmente “Touching The Void” supera en ventas a “Into Thin Air” en una proporción de 2:1.

¿Que ocurrió?

Seguir leyendo 'La Larga Estela – El fin de Pareto'»

Confundidos por el azar (18)

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Por babalum, 09-10-2006 8:03 pm

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Una ojeada a las constantes que caracterizan a los jugadores de bolsa engañados por el azar.

Los jugadores de bolsa engañados por el azar comparten las siguientes características:

  • Sobreestimación de la exactitud de sus análisis, ya sean económicos (Carlos) o estadísticos (John).
  • Tendencia a casarse con sus posiciones.
  • Tendencia a cambiar su historia. Ellos se transforman de inversores que se juegan su propio dinero en agentes que juegan con el dinero de otros y viceversa una y otra vez para manejar los reveses de la fortuna.
  • Falta de un plan previsor ante eventuales pérdidas.
  • Falta de pensamiento crítico. Consideran perfectos sus métodos de determinación de valores .
  • Negación. Ellos ignoran el mensaje proveniente de la realidad. ¿Cómo pudieron estos operadores que cometieron un sólo error tener tanto éxito? Simplemente se debe a la aleatoriedad.

Falsamente pensamos que los operadores hacen dinero porque son buenos, cuando lo real es que los consideramos buenos porque hacen dinero. Tanto Carlos como John se beneficiaron de un ciclo burátil en que sus características eran las adecuadas para el éxito.

Ingenuas teorías Evolucionistas

Ilustremos cómo malos operadores tienen ventajas de supervivencia sobre buenos operadores a corto -y mediano- plazo. La simplicidad del concepto de la auto selección Darwiniana ha conducido a muchos, incluso a científicos, a la ciega creencia en la infalibilidad de este principio en todos los campos, incluido el económico, donde se ha considerado que, gracias a la competencia, prosperará el mejor.

En círculos empresariales o sociales se aplican las mismas creencias. Se fomenta la competencia entre empresas, entre directivos, departamentos y empleados. El más fuerte o mejor sobrevivirá.

Pero las ideas de Darwin no se refieren a la supervivencia, sino a la capacidad reproductiva, lo que hace que ésta es solo observable en estudios sobre las especies que abarcan largos períodos de tiempo. Al considerarse periodos tan prolongados también se eliminan muchos de los efectos de la aleatoriedad. La aleatoriedad hace que lo que parece fruto de la evolución puede ser incluso una regresión. Las mutaciones negativas son rasgos que sobreviven a pesar de ser peores, pero no duran más de unas pocas generaciones. Los zoologos llaman a éste efecto “agregación temporal”

Por desgracia está arraigado en la creencia popular que la evolución significa progreso continuo y que la naturaleza no da saltos: “natura no facit saltus”. La realidad, no obstante, es otra y la historia está repleta de ejemplos.

¿Puede la Evolución ser engañada por la Aleatoriedad?

La evolución implica que en promedio los animales de una especie vayan siendo más capaces, pero esto no es aplicable si consideramos a un animal específico de esa especie o a lo largo de toda su vida. De la misma forma que un animal puede haber sobrevivido porque su “historia alternativa” fue favorable, el “mejor” operador en un negocio dado puede ser extraído de un subconjunto de operadores que sobrevivieron gracias a que casualmente eran los más adecuados a unas circunstancias concretas y (quizas todavía) no fueron expuestos a alguno de los eventos raros que suelen precisamente formar parte de la evolución selectiva.

Una característica perversa de la aleatoriedad es que mientras más tiempo transcurra sin encontrarse el animal con el evento raro, más vulnerable será a éste. Por algun efecto de la estructura de la aleatoriedad, alguien que es un puro perdedor a la larga y por ende incapaz de sobrevivir, puede presentar un alto grado de éxito a corto plazo.

Solon parece haber llegado a esta idea; pero trate de explicarle esto a un ingenuo hombre de negocios Darwinista o a su rico vecino de enfrente.

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Confundidos por el azar (17)

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Por babalum, 06-10-2006 10:42 pm


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EL experto en ordenadores y ecuaciones

John era asistido por Henry, un especialista en cálculos por ordenador para Finanzas, quien le hacía las evaluaciones de riesgos. La mayoría de las ganancias que John generó no se debieron al diferencial de la tasa de interés entre los dos instrumentos descritos anteriormente, sino a que al seguir otros inversores la misma estrategia de John los precios subieron. Para asegurar su estrategia, John se asesoraba de un departamento que le informaba cuándo un bono ofrecía un alto potencial de revalorización y el diferencial estaba cerca a su “valor justo”.

Su fortuna personal de $1 millón a los 32 años, excedía los $16 millones a los 35. Gracias a las influencias (i.e., el uso de préstamos), mantuvo un portafolio de $50 millones involucrado en sus transacciones.

Pero sólo necesitó unos pocos días para que sus millones se volvieran nada y John, al mismo tiempo, perdiera su empleo, durante el verano de 1998, con la caída del valor de los bonos de alto rendimiento. John estaba enfadado con Henry por no haber deducido esta posibilidad. ¿Cómo pudo ocurrir esto con un expediente como el suyo, con un equipo de asesores y los beneficios de una matemática sofisticada? ¿Sería debido a que quizás él se olvidó del azar?

Esta última es precisamente la respuesta. Probablemente John nunca se recuperará de esta prueba, no porque haya perdido dinero, lo cual es normal para un agente de bolsa como él, sino porque quebró en todos los sentidos. Se acabó su confianza. La razón es que John nunca fue un operador de bolsa en primer lugar, sino una de esas personas que estaba en el puesto adecuado en el momento adecuado.

Después de este incidente John se consideraba a sí mismo “arruinado”; aún cuando su fortuna personal rondaba $1 millón, lo cual sería la envidia de más del 99 % de los habitantes del planeta. Pero existe una diferencia entre el nivel de riqueza alcanzado desde arriba y el alcanzado desde abajo. Para sus empleadores el resultado fue peor, pues John ganó para ellos $250 millones en 7 años, haciéndoles perder más de $600 millones en unos pocos días.

Rasgos comúnes

No todos los inversores en bonos de mercados emergentes o de alto rendimiento, se comportan y hablan como si estuviesen por encima del bien y del mal como hacían Carlos y John. Sólo los más exitosos de ellos. Ellos tienen en común los rasgos del triunfador engañado por el azar. No obstante es todavía más preocupante cuando sus jefes y empleadores comparten los mismos rasgos.

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