Confundidos por el azar

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Confundidos por el azar (16)

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Por babalum, 03-10-2006 8:34 pm

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PROMEDIANDO

Cuando el Mercado comenzó a caer, Carlos acumuló más bonos rusos, a un promedio de $52. Esta era su característica, promediar. Hacia fines de junio, sus ingresos para 1998 habían caído de cerca de $60 millones a unos $20 millones. Esto le molestaba, pero según sus cálculos durante la recuperación, sus ingresos quedarían sobre los $100 millones. Pensaba que era imposible que estos bonos pudieran bajar de los $48.

Pero vino julio y los bonos cayeron a $43 y, aunque se hundía lentamente, continuó sus apuestas asegurando que Rusia no bajaría más. Decía que estos bonos estaban ya cerca de su valor por defecto, de modo que cuando Rusia pagara sus deudas, se revalorizarían rápidamente.

NAUFRAGIO

El Mercado continuó naufragando y a mediado de agosto el precio de los bonos era $20 y Carlos comenzaba a perder su serenidad. Hacia finales de agosto los bonos rusos se cotizaban ya a $10 y su fondos se habían reducido casi a la mitad, fue despedido y lo mismo sucedió a su superior. Hasta el presidente del banco fue degradado a un puesto de menor importancia.

A pesar de que el gobierno ruso engañó al FMI, los precios de los bonos no habían sido adulterados. Lo que sucede es que esta situación requería más conocimientos que los que Carlos tenía. Un veterano operador comentó: “Esta es la dinámica del mercado” Si la historia hubiese acabado de forma diferente, eso tampoco hubiese probado que Carlos fuese un buen inversor de bolsa, pues no era así.

En ocasiones los más ricos inversores son los peores inversores. A esto le llamaré el “problema de la intersección” En cualquier momento los inversores de bolsa de mas ricos provienen principalmente del subconjunto de todos los inversores cuyo estilo casualmente coincide con las características necesarias para tener éxito en el ciclo más reciente.

Esto no ocurre frecuentemente con los dentistas, gracias a la naturaleza de la aleatoriedad y su menor exposición a ésta.

JOHN EL OPERADOR DE ALTO RENDIMIENTO

John, el vecino de Nero, había sobrevivido siete años en Wall Street como operador altamente rentable de bonos, llegando a dirigir un equipo de operadores en un tiempo record. Se le pagaba el 20% de sus ganancias anuales y tenía el privilegio de invertir su propio dinero en las operaciones.

No podría considerarsele inteligente, pero sí con un buen sentido del negocio. Estaba enrolado fundamentalmente en una actividad llamada operaciones de alto rendimiento, consistente en la adquisición de bonos baratos con un rendimiento de, digamos un 10%, mientras su organización obtenía préstamos al 5.5%. Esto le permitía ganar unos ingresos netos de un 4.5%.

Llegó a juntar un capital por encima de unos $3 billones de dólares. Además reducía su riesgos a cambios en las tasas de interés vendiendo bonos del gobierno a futuro, limitándo su riesgo al diferencial entre estos dos indicadores. Esta estrategia le permitía sentirse protegido.

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Por babalum, 01-10-2006 9:02 am

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La supervivencia del menos capaz – ¿Puede la evolución ser engañada por la aleatoriedad?

Carlos: El genio de los Mercados Emergentes.

Solía encontrarme con Carlos en muchas fiestas neoyorkinas, donde aprovechaba para preguntarle sobre la compra venta de bonos de mercados emergentes. El término mercado emergente es empleado para definir un país en desarrollo, y los bonos son instrumentos financieros emitidos por sus gobiernos, fundamentalmente Rusia, Méjico, etc.

Estos bonos se comercializaron por centavos cuando a estos gobiernos no les iba bien, lo que atrajo fuertemente a los inversores, y cuando estos bonos se pusieron en boga, pasaron del centavo al dólar, dando lugar a jugosas ganancias.

Carlos no pudo hacer un PhD. en Ciencias Económicas, a pesar de ser un buen estudiante, pero obtuvo un Master y una carrera en Wall Street. Fue contratado para la nueva sección de mercados emergentes del banco de New York en 1992. Su entrada coincidió con los tiempos en que la actividad de dichos mercados emergentes y los ingresos del banco crecían rápidamente.

Tenía los ingredientes exactos para el éxito, pues además de sus conocimientos, parecía serio y era educado, así que se convirtió en una referencia en la comunidad de operadores de bolsa del mercado emergente, siendo promovido una y otra vez hasta convertirse en el jefe de su sección al tiempo que logró una ampliar su capital asignado.

LOS AÑOS BUENOS

La razón por la cual Carlos tuvo años buenos no fue justamente debido a que compró bonos del mercado emergente y el valor de éstos subió durante el período, sino por sus compras durante los declives. Acumuló valores al descender los precios, descargándolos después a medida que el mercado se recuperaba. Sus éxitos le hicieron creer que la intuición económica que tenía le permitía tomar buenas decisiones comerciales.

Una ojeada a los bonos de los mercados emergentes desde que Carlos se involucró en ellos, hasta su último talón de paga extraordinaria en diciembre de 1997, muestra una línea ascendente, con pequeños rizos ocasionales, como la devaluación mejicana de 1995, seguida por una reanimación extensa.

Fue el verano de 1998 el que deshizo a Carlos- esta última bajada no fué seguida de una reanimación. Su expediente hoy incluye un sólo mal momento – pero por desgracia uno malo de verdad. Había ganado cerca de $80 millones acumulados en sus años anteriores, pero perdió $300 millones en sólo un verano.

¿Qué sucedió?

Cuando el mercado comenzó a declinar en junio, sus fuentes, su intuición o su método no estaban preparados para detectar que ésta vez era diferente.


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Por babalum, 30-09-2006 11:25 am

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El padre de todos los pseudopensadores

Es difícil dejar esta discusión sin hacer un comentario sobre el padre de los pseudopensadores, Hegel, cuya jerga sólo podía tener sentido dentro de un departamento de humanidades completamente aislado del mundo real. He aquí un fragmento de una de sus afirmaciones:

    “El sonido es el cambio en la condición específica de segregación de las partes materiales, y en la negación de esta condición; meramente una idealidad abstracta o ideal, como ésta sería, de esta especificación. Pero…”

Ni siquiera un simulador de Monte Carlo podría parecer tan aleatorio como este pensador. Sin embargo, el pensamiento Hegeliano es generalmente considerado como una aproximación científica a la historia y hasta dio lugar al surgimiento de una corriente denominada pensamiento neo-Hegeliano. Estos “pensadores” deberían recibir un curso de avanzado sobre teoría del muestreo estadístico antes de ponerse a filosofar.

La Poesía de Monte Carlo

Mi alergia al sin sentido y a la verbosidad se disipa cuando se trata del arte y la poesía. Aunque aparentemente contradictorio, yo soy al mismo tiempo un buscador hipercrítico del rol del azar y por otra parte consiento todas las formas de superstición personal, siendo la estética la que me permite trazar la línea entre estos comportamientos.
Algunas formas estéticas apelan a algo de carácter genético en nosotros, de manera que algo muy profundo en nuestro interior vibra ante la falta de claridad y ambigüedad del lenguaje; entonces, ¿por qué luchar contra esto?

Se ha experimentado con la generación de poesía aleatoria y un ejemplo es la frase:

“Los cadáveres exquisitos beberán el nuevo vino”

Suena incluso mas poetico en el francés original: “Les cadavres exquis boiront le vin nouveau”

No importa cómo haya sido creada una frase si ella es capaz de llenar nuestras necesidades estéticas. independientemente de si la frase es creada por un simulador, o cantada por un poeta, el lenguaje tiene el poder de darnos placer, y examinar su valides intelectual, sometiéndolo a las reglas de la lógica, lo privaría en distintos grados de este poder. Un argumento convincente del papel del lenguaje es la existencia de lenguas sagradas que
aún subsisten. Se puede probar que a partir de la traducción de los servicios y liturgias, del latín a los idiomas vernáculos, por la Iglesia Católica, decayeron las creencias religiosas, pues fueron sometidas a las
reglas científicas e intelectuales sin considerar la estética.

¿Qué tiene esto que ver con un libro sobre aleatoriedad? Es fácil ver que lo que nos hace vivir no es lo racional que llevamos dentro, que no necesitamos ser racionales cuando se trata de los detalles de nuestra vida diaria, sino
sólo en aquellas cuestiones que pueden dañarnos y amenazar nuestra existencia.

Sin embargo, la modernidad parece invitarnos a hacer lo contrario: comportarnos de forma extremadamente realista e intelectuales ante cuestiones como la religión y el comportamiento personal, mientras que toleramos las mayores irracionlidades en los mercados financieros y otras cuestiones altamente aleatorias.

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Por babalum, 10-09-2006 5:53 pm

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ALEATORIEDAD, “SIN SENTIDOS” Y EL INTELECTUAL CIENTÍFICO

En la década de 1930 el Círculo de Viena luchó por eliminar del lenguaje científico la retórica y otras formas literarias. La forma en que introdujeron rigor en la vida intelectual fue declarando que una afirmación válida sólo podría caer en dos categorías: la deductiva, como “2+2 = 4″, que se deduce axiomáticamente, o la inductiva, i.e., verificable de alguna manera (por la experiencia, estadísticamente, etc.).

Desde entonces se ha hecho cada vez más clara la diferencia entre escritos científicos y literarios. Estos últimos tienen la licencia de utilizar el lenguaje de forma ambigua, poco preciso, apartarse del razonamiento lógico en aras de lograr un efecto estético o emocionar a los lectores.

Por desgracia existe una tercera clase de escritores seudo-científicos que utilizan el lenguaje científico de forma literaria y acaban creando obras sin sentido que parecen fruto de procesos aleatorios. Estos emplean términos rimbombantes, como “principio de incertidumbre”, “Universos Paralelos”, incluso fuera de contexto o, como es frecuente, con un significado exactamente opuesto al que realmente poseen.

Por supuesto, para un científico la ciencia descansa en el rigor de las inferencias, no en aleatorias referencias a términos científicos

EL TEST INVERSO DE TURING

Según el test de Turing, una computadora puede considerarse inteligente si ella puede engañar a un humano, haciéndose pasar por humana. Consecuentemente el test inverso de Turing sería el siguiente: un humano puede considerarse no inteligente si podemos generar un discurso con una computadora, la cual sabemos que no es inteligente, y engañar a otro humano haciendo pasar el escrito de la computadora por el del primer humano.

¿Pudiera esto realmente ocurrir?

La respuesta es afirmativa. Existen programas que simplemente introduciendo algunas expresiones son capaces de generar textos aleatorios gramaticalmente correctos y prácticamente indistinguibles de folletos comerciales, discursos políticos o de algún presidente de una multinacional importante.

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Confundidos por el azar (12)

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Por babalum, 09-09-2006 11:20 pm

Sigo después de una breve pausa con los resumenes traducidos (de forma bastante libre…) del libro de Nassim Taleb “Fooled by randomness”.

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GERONTOCRACIA

La preferencia por el pensamiento destilado implica, a diferencia de la práctica comúnmente empleada en Wall Street, a favorecer a los inversores y operadores de bolsa mayores frente a los jóvenes. El Método de Monte Carlo nos permite ver las ventajas de seleccionar los agentes de bolsa expertos, con la condición de que ellos hayan “sobrevivido”. Esto se debe simplemente a que los mayores han estado expuestos un tiempo mayor a los eventos anómalos y pueden ser más resistentes a éstos.

Philostratus en MonteCarlo: Sobre la Diferencia entre ruido e Información

Según Philostratus: Los dioses perciben el futuro, la gente ordinaria el presente, pero el sabio percibe lo que está a punto de ocurrir.

Se podría también decir: El hombre sabio escucha el significado, el común sólo el ruido. Pero, ¿cómo explicar, con la menor cantidad de matemática posible, la diferencia entre ruido y significado, y mostrar por qué el intervalo de tiempo considerado es importante al juzgar un evento?

El Simulador de MonteCarlo nos puede ayudar a distinguirlos Supongamos que tenemos un excelente inversor, que se espera gane un retorno del 15% con una tasa de error anual del 10% (que llamamos volatilidad).

Mediante el simulador podemos generar multitud de escenarios con la evolución día a día del portafolio de nuestro inversor imaginado. En promedio todos los portafolios alternativos obtienen un 15% de retorno con un margen de error del 10% y según la distribución normal el 68% de ellos caerán dentro del rango de 15% +/- 10% y que en el 93% de los casos tendrá ganancias, por mínimas que sean.

Bien, en principio la intuición nos diría que nos gustaría estar en el papel de nuestro inversor imaginario el cual consigue ganar seguro en un 93% de los casos.

No obstante, lo que nos ayuda a entender el simulador es que dependiendo de la frecuencia con la que consultemos la situación de nuestro portafolio de inversiones a lo largo del año va a cambiar completamente nuestra experiencia. Popularmente vendría a ser aquello de que “los árboles no nos dejan ver el bosque”.

Veamos porque:

Un examen minuto a minuto de los resultados significa que cada día (asumiendo ocho horas por día) tendremos 241 minutos placenteros contra 239 no placenteros, lo que es emocionalmente negativo. Sobretodo si tenemos en cuenta lo que indican algunos estudios sobre el impacto mucho mayor que tienen los momentos negativos comparado con los positivos.

Contrariamente, si revisamos los resultados sólo una vez por mes, el 67% de ellos mostrarán resultados favorables y sólo experimentaremos cuatro momentos desagradables, contra ocho agradables, por año.

Visto desde otro ángulo, si tomamos la relación entre lo que podemos llamar ruido sobre lo que no es ruido, sucede que durante un mes esta relación es solamente de 2.32, mientras que en una hora alcanza el valor de 30. En conclusión, los períodos cortos amplifican enormemente el efecto del ruido.

Esto explica por qué es mejor leer The Economist los sábados que el Periódico de Wall Street cada mañana y, por qué aquellos que se obsesionan con estar constantemente pendientes de mínimas fluctuaciones acaban fracasando o bien por reaccionar ante ellas cambiando constantemente su estrategia inicial o porque no aguantan la constante exposición a un número tan alto de experiencias negativas.

A menudo me critican por “ignorar” informaciones posiblemente valiosas de los diarios, pero sucede que soy extremadamente propenso a caer en la tortura emocional, de modo que me conviene más reflexionar apartado de la información.

Nota adicional de Babalum: He intentado buscar algún ejemplo más intuitivo y menos matemático que el que nos ofrece Nassim Taleb en su libro. Aunque un poco rebuscado creo que puede servir lo siguiente:

Imaginemos un tortuoso trazado de un pequeño río de montaña hasta el mar. Imaginemos también que lanzamos al río en lo alto de la montaña una botella con un pequeño localizador. Periódicamente vamos midiendo la distancia, en línea recta, que le falta hasta llegar al mar.

Cuanto más tiempo dejemos transcurrir entre las mediciones más claro veremos que la botella avanza en su camino. No obstante si empezamos a medir demasiado frecuentemente empezaremos a tener dudas. La botella estará recorriendo cada curva del tortuoso trazado del río y habrá etapas enteras donde casi no reducirá su distancia respecto a la costa. Incluso puede que retroceda.

De hecho, si además pudiésemos medir la dirección en la que se mueve la botella, veríamos que la botella casi nunca se movería en dirección recta hacia el mar.

Si además nuestros ahorros dependieran de que la botella se dirija hasta el mar, una observación segundo a segundo seguro que nos agotaría emocionalmente!

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