Autores

Categoría

Confundidos por el azar (22)

comentarios Comentarios desactivados
Por babalum, 11-11-2006 9:15 am

ir al librobit anterior de “Confundidos por el azar”
ir al librobit (1) de “Confundidos por el azar”

¿POR QUÉ LOS ESTADISTICOS NO DETECTAN EVENTOS RAROS?

La estadística se basa en la noción de que mientras más información se tenga, más confianza se tendrá en los resultados. La variable estadística “nivel de confianza” crece proporcionalmente a la raíz cuadrada del número de observaciones N. Si sacamos bolas de una urna que contiene cantidades similares (distribución aproximadamente simétrica) de bolas rojas y bolas negras, nuestro conocimiento sobre la presencia de bolas de un determinado color crecerá co la raíz de N. No obstante, si la distribución es asimétrica, entonces la estadística se complica y nuestro acceso al conocimiento también.

Imaginemos que la urna contiene sólo un 3% de bolas rojas. Entonces nuestro conocimiento sobre la ausencia de bolas rojas aumentará a un ritmo mucho menor. En cambio nuestro conocimiento acerca de la existencia de bolas rojas mejorará de forma abrupta en cuanto encontremos la primera. El darse cuenta de esto no es trivial. Es en realidad el tema central de ésta obra.

UN NIÑO TRAVIESO REEMPLAZA LAS BOLAS NEGRAS

La situación puede empeorar. Imaginemos que en la urna está un niño travieso que añade bolas de un color o de otro sin avisarnos. En este caso nuestras conclusiones pierden sentido. Justamente el mismo efecto puede ocurrir en el mercado. Tomamos la historia pasada como una muestra homogénea y creemos poder predecir el futuro.¿Pero qué sucederá si cambia la realidad?.

La “ciencia” de la econometría consiste en la aplicación de la estadística a muestras tomadas en diferentes períodos de tiempo. Pero ¿qué tipo de conclusiones podemos sacar del estudio de los mercados europeos ahora que la estructura de las instituciones y el mercado han cambiado tanto? La mera posibilidad de que una distribución no sea estacionaria, hace que las conclusiones obtenidas bajo esa hipótesis (que sea estacionaria) conduzcan a errores extremadamente costosos. Esto nos lleva a una cuestión fundamental: el problema de la inducción.

EL PROBLEMA DE LA INDUCCIÓN – DE BACON A HUME

En el campo de la filosofía del conocimiento científico existe un problema de inferencia harto conocido que es el problema de la inducción. Este problema ha preocupado a la ciencia por mucho tiempo, pero no ha dañado a ésta tanto como al mercado financiero. En ningún campo este concepto puede ser más importante y al mismo tiempo tan ignorado como en el de las finanzas!

CYGNUS ATRATUS (CISNE NEGRO)

cisne negro

“De la observación de un sinnúmero de cisnes blancos no se podrá inferir que
todos los cisnes son blancos, sin embargo, ver un solo cisne negro será suficiente
para refutar semejante conclusión.”

David Hume (1711-1776), filósofo inglés.

(Nota de Babalum: Nassim Taleb, el autor, llama al evento raro “black swan” o cisne negro basandose en el texto de Hume. Para quien quiera saber más acerca de la historia original de los cisnes negros recomiendo este post )

El evento raro, debido a su naturaleza disimulada, puede adoptar variadas formas. Fue en Méjico donde se le identificó por primera vez (década de 1980) y se le dió el nombre de “el problema del peso”. Todos los intentos de los econometristas de modelar el comportamiento de las variables que influían en el comportamiento de la economía mejicana fracasaron. Todos los indicadores macroeconómicos habituales alternaban de forma errática entre periodos de estabilidad a otros periodos cortos y turbulentos sin previo aviso.

En su Tratado sobre la naturaleza Humana, Hume presenta la cuestión de la siguiente forma: Ninguna cantidad de observaciones de cisnes blancos permite inferir que todos los cisnes son blancos, pero la observación de un solo cisne negro es suficiente para refutar esta conclusión.

Hume lamentaba que la ciencia de su tiempo hubiese experimentado, gracias a Bacon, un giro del escolasticismo, completamente basado en el razonamiento deductivo, hacia un ingenuo empirismo. El problema es que, sin un método apropiado, la observación empírica puede inducirnos facilmente a errores. Hume nos advierte contra tal conocimiento, subrayando la necesidad del rigor en la recolección e interpretación del conocimiento, es decir, de la epistemología.

continúa en el librobit (23) de “Confundidos por el azar”

Algunos libros de Nassim Taleb:

Engañados por el azar - en castellano Engañados por el azar (libro en español en Amazon)
Fooled by Randomness - Confundidos por el azar Fooled by Randomness (libro original en inglés)
Dynamic Hedging - Cobertura dinámica Dynamic Hedging

Búsquedas recientes:

Confundidos por el azar (21)

comentarios Comentarios desactivados
Por babalum, 06-11-2006 10:40 pm

ir al librobit anterior de “Confundidos por el azar”
ir al librobit (1) de “Confundidos por el azar”

LA ECONOMETRIA Y LA HISTORIA

El patrón de una serie temporal permite predecir qué sucederá un lapso de tiempo después. Si estuviésemos tratando con un mundo donde la aleatoriedad siguiera un patrón o se amoldara a una distribución de probabilidades concreta, las cosas serían fácilmente resueltas mediante la Econometría o Análisis de las Series Temporales. Un econometrista introduce sus datos en su software y rápidamente éste entregará un diagnóstico sobre si vale la pena hacer una inversión.

Pero en realidad no estamos seguros de la naturaleza aleatoria del mundo en que vivimos. Los resultados derivados del software, basado en elementos del pasado, pueden en ocasiones ser acertados o no, pudiéndose convertir los datos históricos del mercado en una trampa, precisamente porque a veces parece que “acierta”. Por ejemplo aquellas divisas que mostraron las mayores estabilidades históricas, como en Malasia, Indonesia y Thailandia en 1997, fueron las más propensas a la quiebra.

Como escéptico tengo muchas dudas ante conclusiones extraidas del análisis de una única serie temporal. Necesito muchos más datos. Mi mayor razón es el evento raro, pero tengo muchas otras. Puede parecer que me estoy contradiciendo en este punto con capítulos previos de éste libro donde critíco a quienes no aprenden de la historia. No es así. Lo que quiero decir es que la historia nos enseña muchísimas cosas más que una serie temporal pobremente definida. Por ejemplo nos enseña que cosas que nunca ocurrieron antes pueden ocurrir. Es en éste sentido que sostengo que cuanto más ampliamente interpretemos la historia, ésta nos puede enseñar a evitar el empirismo ingenuo que consiste en extraer conclusiones de hechos históricos aislados.

LA FALACIA DEL EVENTO RARO – LA MADRE DE TODAS LAS DECEPCIONES

Por mi parte empezé a generalizar como eventos raros todas aquellas situaciones impredecibles y que nunca hubieras podido prever en base tus conocimientos previos. Un ejemplo podría ser el día que descubres la foto de aquel vecino tranquilo en el periodico acusado de ser el peligroso asesino en serie buscado desde hace meses por la policia. Defino como eventos raros los que se crean cuando una interpretación demasiado limitada de las series temporales dan lugar a conclusiones equivocadas sobre la probabilidad o riesgos de los mismos.

Estos eventos son siempre inesperados, de otra forma no se llamarían raros. En bolsa son generalmente causados por el pánico de los inversores, quienes se apresuran a descargar todo cuanto puedan y tan pronto como sea posible (liquidación) y no están limitado a un solo tipo de valores, sino que pueden afectar a un portafolio completo. Veamos un ejemplo: un portafolio puede tener ingresos estables por largos períodos, evitando las volatilidades, hasta que, súbitamente, por accidente ( para mi no lo es), el portafolio cae en un 40% cuando se esperaba que en el peor de los casos cayera en sólo un 4%.

Existe una categoría de operadores que “disfrutan” de eventos raros inversos, para ellos la volatilidad es frecuentemente portadora de buenas noticias. Estos operadores pierden dinero frecuentemente, pero en pequeñas cantidades, y hacen dinero pocas veces, pero en grandes cantidades. Les llamo cazadores de crisis y me siento feliz de ser uno de ellos.

 

continúa en el librobit (22) de “Confundidos por el azar”

Algunos libros de Nassim Taleb:

Engañados por el azar - en castellano Engañados por el azar (libro en español en Amazon)
Fooled by Randomness - Confundidos por el azar Fooled by Randomness (libro original en inglés)
Dynamic Hedging - Cobertura dinámica Dynamic Hedging

Búsquedas recientes:

Confundidos por el azar (20)

comentarios Comentarios desactivados
Por babalum, 04-11-2006 11:33 am

ir al librobit anterior de “Confundidos por el azar”
ir al librobit (1) de “Confundidos por el azar”

UN ARROGANTE HIJO DE 20 AÑOS

En una ocasión un amigo de confianza de mi padre, rico y de los que les gusta subrayar su lugar en la escala social, me llamó durante una visita suya a Nueva York. Quería extraer de mí una valoración respecto al estado de varios mercados financieros. Realmente yo no tenía opiniones acerca de las tendencias de los mercados a pesar de mi condición de operador de bolsa. Tampoco hice ningún esfuerzo por formular alguna.

El caballero continuó haciéndome preguntas precisas sobre el mercado de bonos europeos, sin duda con el interés de comparar mi opinión con la de algún otro “experto”. En lugar de hacerle predicciones comencé a explicarle algunas de mis ideas sobre la aleatoriedad, de modo que se llevó la impresión de que estaba eludiéndole y casi se daña la amistad entre él y mi padre. Llegó a llamar a mi padre y decirle: “¡Todos los especialistas que consulto me tratan con respeto, pero su engreído hijo de 20 años se ha hecho el importante, negándose a darme un pronóstico del mercado!”

EVENTOS RAROS

Mi vida como operador ha sido la de “las apuestas asimétricas”, esto es, trato de beneficiarme de los eventos raros, que no se repiten con frecuencia, pero que, correspondientemente, dan lugar a un grandes ganancias cuando ocurren. Trato de hacer dinero lo menos frecuentemente posible, pues mientras más raro es el evento, más devaluado será su precio. ¿Por qué? Debido a una inclinación psicológica de la gente dedicada a esta carrera a causa de centrar su atención en la lluvia de información que les llegaba. Hasta algunos experimentados veteranos no parecen entender que la probabilidad no importa, sino los dividendos.

Veamos un ejemplo de un inversor legendario como Jim Rogers, que llegó a ser socio de George Soros: “Yo no compro opciones de compra. Está demostrado por estudios que el 90% de las opciones expiran en pérdidas, por lo tanto si quiero invertir en un mercado alcista mediante opciones sólo vendo opciones de compra (calls)”.

A pesar de su reputación, Jim, no parece tener clara la diferencia entre probabilidad y retornos esperados. La probabilidad no es relevante. Tendría que haber evaluado los retornos del 10% de opciones ejercidas con ganancias y compararlas con las pérdidas del 90% de las opciones restantes.

Uno de los eventos raros a los que me refiero fue el derrumbamiento de los mercados financieros en 1987 que además me convirtió en un operador. Nero, el pesonaje de los primeros capítulos de ésta historia, trata siempre de salir sin daños evitando exponerse a los eventos raros, que es la defensa más común, pero yo soy mucho más agresivo y he organizado mi trabajo de tal manera que pueda obtener ganancias de estos eventos raros, con mis apuestas asimétricas.

SIMETRÍA Y CIENCIA

En la mayoría de las ciencias, tal asimetría no importa.

Desafortunadamente, las técnicas empleadas en las finanzas son frecuentemente importadas de otras áreas, por ser ésta una disciplina joven. En la mayoría de las especialidades, fuera de las finanzas, no trae problemas la eliminación de valores extremos de las muestras, pues hacerlo no altera significativamente los resultados. Así, la gente en las finanzas importan la técnica e ignoran los eventos raros, sin darse cuenta que este evento puede llevar una compañía a la bancarrota. Si estuviésemos tratando con un mundo determinista – esto es, despojado de la aleatoriedad- y conociéramos con certeza que éste era el caso, las cosas probablemente serían mucho más fáciles.

 

continúa en el librobit (21) de “Confundidos por el azar”

Algunos libros de Nassim Taleb:

Engañados por el azar - en castellano Engañados por el azar (libro en español en Amazon)
Fooled by Randomness - Confundidos por el azar Fooled by Randomness (libro original en inglés)
Dynamic Hedging - Cobertura dinámica Dynamic Hedging

Búsquedas recientes:

Diez mitos acerca de emprender negocios tecnológicos

Por babalum, 17-10-2006 10:34 pm

Artículo original en inglés. en el blog del su autor, Ron Garret.

Desde que empecé mi nueva carrera en el campo del capital riesgo me he ido dando cuenta de los errores que habitualmente cometen los emprendedores tecnológicos, especialmente los más inteligentes, cuando buscan inversores para su negocio. Estos son los diez mitos más comunes:

Mito 1: Una idea brillante te hará rico.

Realidad: Una idea brillante no es necesaria ni suficiente para que un negocio tenga éxito, aunque evidentemente no hará ningún daño. Microsoft es probablemente el mejor ejemplo de un negocio con éxito, que jamás tuvo una idea brillante en toda su historia. (Más bien al contrario, Microsoft ha obtenido tanto éxito en gran parte por buscar y destruir las ideas brillantes de los demás.) Google se ha basado en un par de ideas brillantes (Page rank, anuncios contextuales, plataformas en paralelo y basadas en hardware barato) pero ninguna de estas ideas eran originales de Larry o Sergey. No quiero decir con esto que Larry, Sergey o Bill no sean brillantes – los tres son seguramente más inteligentes de lo que nunca pueda esperar yo. Pero la idea de que despertaron un día con una idea que les ha llevado a sus riquezas es simplemente un mito.

Mito 2: Si lo creas el público vendrá.

Hay algo de cierto en éste mito. Han existido negocios que simplemente crearon algún producto, lo hicieron público y lograron el éxito. (Google es un ejemplo). Pero para cada Google hay decenas de otras empresas que tenían productos estrella que no lograron vender por uno u otro motivo. Mi ejemplo favorito es la primera compañía que fundé en 1993. Se llamaba FlowNet y se basaba en el diseño de una nueva red local de alta velocidad. Alcanzaba 500Mb/s cuanto el estándar para una ethernet estaba en 10mb/s. Durante más de cinco años, FlowNet tenía el mejor ratio prestaciones/precio de todas las redes en el mercado. Además, FlowNet incluía garantías de calidad de servicio para transmisión de video en tiempo real. Si FlowNet hubiese tenido éxito, los servicios de video actuales estarían funcionando mucho mejor de lo que lo hacen hoy en día.

No obstante, a pesar de que desde un punto de vista tecnológico, FlowNet dejaba atrás a cualquier otro competidor, fue un rotundo fracaso como negocio. Nunca vendimos una sola unidad. No voy a contar ahora toda la historia de nuestro fracaso, pero si lo tuviera que resumir, las razones eran muy sencillas. No era Ethernet. Si hubiésemos hecho bien nuestros deberes y completado una investigación de mercado, lo hubiéramos sabido. En el peor de los casos nos hubiésemos dado cuenta que era un obstáculo importante. Y lo hubiésemos podido saber antes de habernos gastado decenas de miles de dólares de nuestro propio dinero en abogados de patentes y prototipos.

Mito 3: Alguien robará tu idea si no la proteges.

Realidad: Nadie dará un duro por tu idea hasta que tengas éxito y para entonces es demasiado tarde. Incluso en el improbable caso de que te encuentres con alguien que esté tan emocionado con tu idea como tu mismo, si tiene un mínimo de sentido común se te unirá en vez de intentar competir contigo. (Y si no tienen sentido común en realidad es irrelevante lo que vaya a hacer.)

Las patentes solo sirven para una cosa: pueden hacer sentir mejor a los inversores, especialmente a los más ingenuos. Pero a pesar de ello te recomiendo encarecidamente que patentes tus inventos tu mismo. No es tan difícil una vez se sabe como. Vas a hacer un mejor trabajo que la mayoría de abogados y te ahorrarás un montón de dinero.

Mito 4: Lo que piensas importa.

Realidad: No importa en absoluto que tú y tus colegas penséis que vuestra idea es el invento más brillante después de la pizza en raciones (a no ser, naturalmente, que tus colegas tengan suficiente dinero para ser los clientes de tu negocio).

Lo que realmente importa es lo que piensan tus clientes. Si tú y tus colegas pensáis que vuestra idea es fantástica, es natural y comprensible, creer que millones de otras personas allí fuera también lo pensarán. A veces incluso funciona, pero la mayoría de veces no es así.

La razón es que si sois tan listos para tener una idea tan brillante entonces tú (y probablemente tus colegas) sois diferentes a la mayoría de gente. No quisiera sonar condescendiente pero la triste realidad es que la mayoría de gente es bastante simplona comparada contigo (solo fíjate en cuanta gente vota a los republicanos ;-) y a ésta gente sólo les importan cosas simples. Si tu objetivo son clientes que sean como tú y que les importen las cosas que te importan a ti, entonces tu base de clientes será bastante pequeña.

Mito 5. Las proyecciones financieras no sirven para nada.

Igual que con el mito 2, este tiene algo de verdad. Como dijo Carl Sagan, predecir el futuro es un arte olvidado. No hay manera de saber con certeza cuanto dinero va a ganar tu negocio, o cuanta va a costar lanzar tu producto al mercado. La razón para hacer una proyección financiera es para hacer una comprobación de la realidad y convencerte a ti mismo que cómo mínimo es posible obtener un retorno con hipótesis plausibles.

Si después de hacer los números te encuentras que para obtener un retorno de la inversión necesitas un número de clientes que es diez veces más grande que el mercado conocido para tu producto, entonces deberías consultarlo con la almohada. Como dijo Dwight Eisenhower: los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable.

Éste mito es la base para uno de los errores más habituales que comenten los emprendedores tecnológicos cuando plantean sus ideas. Dirán cosas como “Incluso que solo capturemos un 1% del mercado nos forraremos”. Frases como éstas indican que no has hecho tus deberes para saber que es lo que realmente quieren tus clientes. Podrías igualmente decir: “hay una alta probabilidad que solo un cliente de cada cien compren nuestro producto (y francamente, no estamos seguros ni de eso)”.  Eso no inspira mucha confianza precisamente.

Mito 6: Lo que sabes importa más que a quien conoces.

Realidad: Lo has estado negando toda tu vida. Seguramente has sido educado para creer que ser inteligente era importante, o simplemente no hiciste caso a tu madre cuando te decía que llevarte bien con tus amigos era más importante que sacar “Excelentes”.

La verdad es que importa más a quien conoces que no lo que sabes. Con esto no quiero decir que ser listo y tener conocimientos sea superfluo. Saber “el que” es muchas veces una forma efectiva de ser presentado a las personas adecuadas. Pero al final, importa más la gente que conoces y en la que confías (y es todavía más importante  quienes son los que confían en ti) que no el conocimiento objetivo que puedas tener.

Hay una buena razón para ello: las decisiones en los negocios son tremendamente complicadas. Nadie puede llegar a tener todo el conocimiento y experiencia requerida para tomar decisiones en un espectro tan amplio de campos, por lo que los hombres de negocios efectivos delegan gran parte de sus decisiones a otras personas. Y cuando eligen a las personas en quien delegar éstas decisiones, eligen primero a las personas que conocen y en las que confían.

(Nota de Babalum: Me salto la traducción acerca de las diferentes capacidades sociales de un programador dependiendo de los lenguajes de programación que utiliza. Creo que es ir un poco demasiado lejos, aunque también es cierto que existen estudios que relacionan ciertos rasgos del carácter de un país con ciertas características y estructuras de sus idiomas)

Mito 7: Tener un doctorado importa.

Realidad: Lo único que significa un doctorado es que no eres un vago y que estás dispuesto a aguantar todos los trámites y las sandeces que se requieren para obtener dicha titulación en alguna parte. Empíricamente, tener un doctorado está inversamente correlacionado con el éxito en los negocios. Esto es así porque la estructura de gratificación o éxito en el mundo académico es exactamente el contrario que el que impera en los negocios. En el mundo académico lo que importa es lo que piensan tus colegas. En negocios, lo que importa es lo que piensan tus clientes, y tus clientes casi seguro que no serán tus colegas.

[Nota adicional: nuevamente no quiero que se interprete que un doctorado no sirva para nada. Se pueden aprender muchas cosas útiles, pero estas son los conocimientos y la experiencia que se adquieren por pasar por el proceso, no la titulación en si mismo.]

Mito 8: Necesito 5 millones de dólares para arrancar mi negocio.

Realidad: A no ser que quieras fabricar hardware (en cuyo caso deberías definitivamente pensártelo dos veces) seguramente no necesitas ningún capital para arrancar. Paul Graham ha escrito extensamente acerca de este punto por lo cual no profundizaré demasiado en él, excepto para decir lo siguiente: no necesitas mucho capital inicial pero si estar dispuesto a dejarte la piel trabajando.

Debes ser tú mismo el que conduzca tu brillante idea hasta que dé sus primeros frutos tú; nadie lo va a hacer por ti, y nadie te va a prestar dinero para que contrates a alguien que lo haga por ti. La razón es muy simple: si no crees lo suficiente en el potencial comercial de tu idea como para arriesgar tus propios ahorros y fines de semana y así poseer una buena proporción de tu empresa, porque nadie va a confiar lo suficiente en tu idea como para arriesgar su propio dinero?

Mito 9: La idea es la parte más importante del plan de negocio.

Realidad: La idea es casi casi irrelevante. Lo que importa es 1) Quienes son tus clientes? 2) Porque van a comprar lo que vas a vender? (Esto podría ser algo así como “Porque soy famoso y tengo muchos fans y estos comprarán sacos enteros de cualquier cosa mientras ésta lleve mi nombre escrito en ella.” Pero en tu caso seguramente será más parecido a, “Porque tenemos un gran producto que va a aplastar a la competencia.”) 3) Quién está en tu equipo? Y 4) Cuales son los riesgos?

Mito 10: No tener competencia es bueno.

Realidad: Si no tienes competencia lo más probable es que no hay dinero en ese negocio. Hay seis mil millones de personas en éste planeta, y es muy improbable que ni uno solo, aparte de ti, haya caído en la idea de explotar un nicho de mercado altamente rentable.

La buena noticia es que probablemente tu competencia sea penosa. La gran mayoría de negocios no son gestionados demasiado bien. Fabrican productos que dejan mucho de desear. Tratan a sus clientes y empleados como al último mono. No es difícil encontrar oportunidades de mercado donde poder entrar y fácilmente y darle una patada a la competencia. En realidad no quieres que no haya competencia, lo que quieres es una competencia inepta. Y hay mucha competencia inepta.

Mito extra (gratis): Después de salir a bolsa seré feliz.

Si no vas a disfrutar del proceso de arrancar un negocio, probablemente no vas a salir airoso del proceso. Simplemente es demasiado trabajo, te absorberá todas tus fuerzas si no te lo pasas bien mientras lo haces. Incluso si te forras simplemente tendrás más tiempo para mirar atrás y constatar los miserables años que malgastaste sufriendo por salir adelante. La satisfacción proveniente de conducir coches lujosos o de otros caprichos caros desaparece rápidamente. Solo hay un tipo de felicidad que el dinero puede comprar, y es la oportunidad de estar en el otro lado de la mesa, cuando un joven se presente con alguna idea brillante para montar un negocio.

Todos estos mitos se pueden resumir en un eslogan: todo gira alrededor del cliente, estúpido. Todo el éxito en los negocios no va de ideas brillantes. Montar un negocio es partir de una idea brillante, montar un equipo que pueda convertir la idea en producto y llevar éste producto a los clientes que quieran comprarlo. Es así de simple. Y así de complicado.

Buena suerte!

Búsquedas recientes:

Confundidos por el azar (19)

comentarios Comentarios desactivados
Por babalum, 15-10-2006 2:36 pm

ir al librobit anterior de “Confundidos por el azar”
ir al librobit (1) de “Confundidos por el azar”

FALTA DE SIMETRÍA Y ASIMETRÍA. LA MEDIANA NO ES EL MENSAJE.

Cuando al escritor y científico Steven Jay Gould – [ biografía en español] le fue diagnosticado un cáncer terminal de estómago, la primera información que encontró fue que aproximadamente la mitad de los pacientes con esta enfermedad no viviían más ocho meses. Es muy frecuente que los médicos den la información en estos términos. No obstante, al continuar indagando se dio cuenta que el plazo de vida esperado era considerablemente superior, lo que evidencia que estamos ante conceptos con significados diferentes. El primero se refiere a la mediana y significa que el 50% de la gente muere antes de ocho meses y el 50% vive más allá de este período. El segundo en cambio, se refiere a la esperanza de vida promedio. Lo que ocurre es que los que mueren lo hacen bastante rápido, mientras que los sobrevivientes lo harán por un tiempo considerablemente mayor. Esto es asimetría. Este hallazgo del concepto de falta de simetría condujo a Gould a escribir su artículo “La Mediana no es el Mensaje” (“The median isn’t the message”traducción al español).

Nota de Babalum: Steven Gould sobrevivió 20 años al momento en el que se le detectó el cancer y murió en el 2002

Veamos un caso relacionado con los juegos de azar. La asimetría de probabilidad significa que las probabilidades no son del 50% para cada evento, mientras la asimetría en los resultados significa que los retornos tampoco lo son.

Consideremos un juego que da 999 posibilidades sobre 1,000 de ganar $1 (evento A) y una posibilidad sobre 1,000 de perder $10,000 (evento B), como se indica en la tabla siguiente:

  • Evento A; Probabilidad= 999/1000; Resultado= $1; Valor Esperado= $0,999
  • Evento B; Probabilidad= 1/1000; Resultado= $-10.000; Valor Esperado=$-10,00

Total Ganancias Esperadas= $ -9,001

Lo esperado es una pérdida cercana a los $9 (obtenida de la multiplicación de la probabilidad por el correspondiente resultado). Si nos dejamos guiar por la asimetría de probabilidades, que ganaremos casi siempre, significa que deberíamos apostar por A, pero esto claramente no es la mejor idea si tenemos en cuenta las ganancias, que es lo que realmente debieramos hacer.

Por muy trivial que parezca éste ejemplo (seguramente muchos de los lectores se lo parecerá) los conceptos subyacentes distan de ser aplicados en muchas ocasiones incluso por profesionales en bolsa. Parece un caso de aquellos en los que la teoría es conocida, pero no se ha interiorizado y consecuentemente tampoco se aplica con naturalidad. Posiblemente estamos condicionados porque los casos más cercanos que conocemos en los que influyen probabilidades y retornos son simétricos, por ejemplo al tirar una moneda al aire.

ALCISTA O BAJISTA

Los términos alcista y bajista son utilizados de forma muy frecuente en bolsa, pero en realidad no son aplicables al mundo de la aleatoriedad, sobre todo si está presente la asimetría. Cuando en una ocasión me preguntaron, en estos momentos ¿eres alcista o bajista?, respondí que esto no era absoluto. Mi opinión era que lo más probable era que la bolsa subiese y por lo tanto “yo sería alcista”, pero al mismo tiempo había estado vendiendo a corto (operación que permite beneficiarse de las bajadas en bolsa) y por lo tanto estaba actuando como “bajista”. Como puede ser esto? El motivo es que los conceptos “alcista” o “bajista” son inapropiados.

Supongamos que efectivamente el mercado tuviese una probabilidad de un 70% de subir la próxima semana y un 30% de bajar. Sin embargo, digamos que subiría un 1% en promedio, al tiempo que si bajase podría bajar hata un promedio del 10%, como se muestra en la siguiente tabla:

  • Mercado sube; Probabilidad= 70%; Resultado= sube 1%; Valor Esperado= 0,7
  • Mercado baja; Probabilidad= 30%; Resultado= baja 10%; Valor Esperado= -3,00

Total Esperado= -2,3

A los inversores y operadores de bolsa no se les paga en probabilidades sino en dólares, de modo que lo importante no es cuán probable un evento puede ser, sino lo que resulta una vez que este sucede.

continúa en el librobit (20) de “Confundidos por el azar”

Algunos libros de Nassim Taleb:

Engañados por el azar - en castellano Engañados por el azar (libro en español en Amazon)
Fooled by Randomness - Confundidos por el azar Fooled by Randomness (libro original en inglés)
Dynamic Hedging - Cobertura dinámica Dynamic Hedging

Búsquedas recientes: