Confundidos por el azar (6)
...institución a pesar de su falta de competencia. No le era posible seguir mi lógica. Era de apariencia calmada, medido en su discurso, muy presentable con su aspecto atlético, y con la rara virtud de saber escuchar. Su encanto personal le granjeó la confianza del presidente, pero yo no podía ocultar mi falta de respeto. El segundo, a quien llamaré Jean-Patrice, era un malhumorado francés de temperamento explosivo y agresivo, con fama de ser capaz ...